Sunset Boulevard

Norma y yo somos los habitantes de esa sombria mansión pasada de moda de Sunset Boulevard. Aqui residimos con la mirada atenta a las pantallas cinematográficas y a nuestros invitados. Siempre es buen momento para una agradable conversación y una partida de bridge bañada en cosmopolitan

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Lugar: Sunset Boulevard

martes, julio 31, 2007

Hacia tiempo que Norma y yo no hacíamos partícipes a nuestros invitados de nuestras conversaciones de salón. Quizá ahora, meses después de nuestra última conversación publica, hayamos madurado, quizá únicamente hayamos envejecido, pero lo importante es que hemos comprendido más cosas de nuestro alrededor y, releyendo anteriores comentarios nos damos cuenta de que ya hemos superado esa etapa. Hemos revivido Shortbus y, aunque hemos llorado, la pena ya no ha asolado nuestras entrañas... Ahora creemos que queremos lo que queremos y eso, Norma lo sabe mejor que nadie, es indispensable para sobrevivir dignamente... La cuestión ahora es conseguir lo que queremos, la cuestión es atenerse a esta ley del deseo.

Le cuento a Norma que a veces me siento Pablo Quintero, eternamente insatisfecho porque quiere desear del mismo modo y en la misma medida que él es objeto de deseo... solo a su manera... Norma asiente con la cabeza y calla, pensativa, debe ser que mil pensamientos revolotean por su cabeza porque no me mira... enciende el proyector y revisamos de nuevo la película. Almodóvar de un tirón, hasta el último título de crédito. Veo nacer y morir el deseo de Pablo y el de Antonio (que en este caso solo puede morir con él)... y casi del mismo modo veo nacer y morir el mío...
Norma me mira, me agarra de las manos y hace ademán de hablar. Calla, coge su copa de Brut y da un largo sorbo... “Pablo y tu -comienza- tenéis una diferencia básica que os diferencia, casi que os contrapone. Vuestra concepción del deseo....” Y calla para dejar que yo continúe la frase.

Mi concepción del deseo es puramente casual, puramente transitoria y, como tal, tal vez más intensa, pero sobre todo es mucho más caprichosa. La concepción de Pablo es casi de novela de caballerías, de amor idealizado, espiritual... eso a mi me supera. Y pienso en los amores de Norma todos tan casuales y tan profundos que han dejado una honda huella.

Así que hemos decidido que mientras vivamos en Sunset Boulevard aceptaremos la ley vigente tal y como haora la hemos concebido. Unos para protegerse y otros para no conseguir l o que saben, solo a veces meridianamente claro, que no quieren.

Norma & James

I don’t want to hold you and feel helpless and slow in slow motion with eyes in love Rufus Wainwright