Sunset Boulevard

Norma y yo somos los habitantes de esa sombria mansión pasada de moda de Sunset Boulevard. Aqui residimos con la mirada atenta a las pantallas cinematográficas y a nuestros invitados. Siempre es buen momento para una agradable conversación y una partida de bridge bañada en cosmopolitan

Mi foto
Nombre:
Lugar: Sunset Boulevard

domingo, diciembre 02, 2007

La habitación de Fermat

Norma y yo pasamos otro sábado más frente a la pantalla. En esta ocasión vimos una película española “La habitación de Fermat”. Hacía tiempo que una película no conseguía esa sensación de presión, de agobio, de urgencia. Y después conllevo una interesante conversación a la luz de la metáfora y los textos del escritor recién descubierto en Sunset Boulevard, Michel Houellebecq.
La premisa básica de “La habitación de Fermat” es bastante simple: unos matemáticos están encerrados en una habitación que va menguando. Para detenerlo han de resolver una serie de enigmas en un tiempo dado. Cada vez que sobrepasan el tiempo, las paredes inician su movimiento. Acabando con todo a su paso.

¿Y si las cosas funcionasen siempre así? Que cada vez que no obtenemos la respuesta necesaria para seguir, en el tiempo necesario, la cavidad dada va menguando... Entonces ¿Se va limitando nuestro espacio? Houellebecq sostiene que en uno o dos años de escarceos sexuales sin ninguna vinculación emocional, nuestra capacidad de amar merma hasta desaparecer convirtiendo nuestro corazón en una fregona vieja.

Este tema, de nuevo vuelve a preocuparme, por lo de siempre, y de nuevo Norma ha de asumir labores de consejera. Pero me preocupa porque ahora también lo veo desde un punto de vista racional y me doy cuenta de que he vuelto a caer en la misma trampa... la excitación aumenta cuanto más me acerco al “objeto de deseo” sin llegar a alcanzarlo. ¿desaparecerá la atracción cuando lo consiga?

Norma ha dado un gran sorbo al Cosmopólitan, como preparándose para una gran charla:
Houellebecq no tiene por qué tener razón, y las cosas aunque parezcan muy similares no siempre son iguales. La cuestión es si de verdad son iguales o si tú, en un ataque de pesimismo intimista, lo ves de ese modo. De todos modos en gran parte Michel no va desencaminado... yo misma me he convertido en una fregona vieja incapaz de amar, por lo menos, del modo en que se debe amar...
Y por otro lado, y aunque sea cierto que la habitación roja metafórica fuese menguando, en cada caso es de unas dimensiones determinadas. Para algunos será una pequeña salita, pero se las apañan, y consiguen una estabilidad espacial. Para otros, puede que sea como el hall de la estación “Grand Central” y aún así se queden cortos. Lo que tienes que hacer es medir las dimesiones de tu habitación, pero eso es un ejercicio de autohonestidad en el que no te puedo ayudar.

Norma & James

Como el tan del autobronceador, se parece al verdadero, pero no. Así es mi vida hoy por hoy, casi casi lo mejor, pero siempre es casi casi, nunca llega a lo mejor. La casa azul